Akerlund, años atrás, consideró tres tipos de hernias hiatales o diafragmáticas: por esófago corto, por deslizamiento y paraesofágica. La hernia hiatal por deslizamiento, en cuya patogenia se encuentra la debilidad de músculos y ligamentos que rodean a la unión gastroesofágica, trastornos de la motilidad del esófago y aumento de la presión intrabdominal, todo esto con el denominador común de la senilidad, es una afección sumamente frecuente. Se considera que, después de los 60 años, más de la mitad de la población la padece. Puede transcurrir sin sintomatología pero tiene gran importancia en la esofagitis por reflujo. El radiólogo conoce que para ponerla de manifiesto debe colocar al paciente en posición de Trendelenburg y aumentar la presión abdominal; así se expresan las pequeñas hernias hiatales de este tipo.
En la hernia hiatal paraesofágica la unión gastroesofágica no se introduce en el tórax y permanece en su lugar pero, en cambio, penetra la tuberosidad mayor del estómago que se hernia y puede llegar a estrangularse con la consiguiente sintomatología dolorosa, contínua, con afagia, que requiere de la rápida reparación quirúrgica. La hernia por esófago corto es congénita y poco frecuente.
Los síntomas de las hernias hiatales se traducen por los que produce el reflujo gastroesofágico, eructos o por el dolor torácico posprandial que puede calmar con el decúbito. Con relativa frecuencia la esofagitis por reflujo, incrementada por la presencia del defecto hiatal, es causa de hemorragia, habitualmente de escasa magnitud que conduce al enfermo a la anemia hipocrómica crónica. Pocas veces la manifestación hemorragípara se evidencia con hematemesis o melena francas.
Los pacientes con hernia hiatal, patología por la cual parte del estómago penetra en la cavidad torácica, no refieren complicaciones y al examen clínico no presentan síntomas, no significando por ello que no exista un proceso inflamatorio a nivel del esófago. Tal es así que, en ciertos casos de hernia hiatal, la inflamación de la mucosa esofágica revela un proceso inflamatorio localizado en la parte inferior del esófago, pudiéndose inclusive presentar algún tipo de ulceración.
Obsérvese una importante parte de la mucosa gástrica por encima del diafragma, penetrando en la cavidad torácica. Se aprecia un estado inflamatorio de la mucosa esofágica y una úlcera.
El esófago corto es una anomalía congénita en la cual parte del estómago se halla por encima del diafragma, no representando una hernia verdadera. Una porción de la parte superior del estómago se encuentra en la cavidad torácica como suspendida a causa que el extremo inferior del esófago es demasiado corto. De los diferentes tipos de hernia diafragmática, la hernia deslizante es la observada con mayor frecuencia, siendo las mujeres en edad madura el grupo etario más afectado.
Ambas patologías suelen ser asintomáticas, aunque en el caso de la hernia deslizante, puede producirse una esofagitis por reflujo de contenido gástrico, repercutiendo de alguna manera sobre el estado de bienestar físico del paciente.
La esofagoscopia compatible con la imagen de la izquierda muestra, además de la úlcera, gotas de reflujo de jugo gástrico y el estrechamiento típico de la luz esofágica a nivel de la unión esofagogástrica.
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