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Cardiología

Valvulopatias Estenosis Aortica

Responde a varias etiologías: congénita, fiebre reumática o alteraciones degenerativas seniles. La válvula aórtica puede ser, desde el nacimiento, uni, bi y multicúspide, configurando un defecto favorable para desarrollar algún tipo de incompetencia y ser asiento de endocarditis infecciosa. Dan su primera manifestación clínica habitualmente antes de los 30 años.
La estenosis aórtica puede ser valvular, la más frecuente; subvalvular (subaórtica) y supravalvular, la menos común. Se considera que, entre los 30 y los 70 años, la causa más común de estenosis es por la presencia de una válvula bicúspide congénita o por fiebre reumática, y después de esa edad por degeneración senil y calcificación. Esta última condición ha hecho que -en retroceso de la fiebre reumática- se haya incrementado esta estenosis, que siempre fue la más frecuente de las valvulopatías, aunque respondiendo a otra etiología. Es más común en el varón en una proporción de 3: 1.
Desde el punto de vista hemodinámico, debido a la dificultad del paso de la sangre hacia la aorta, el ventrículo izquierdo responde hipertrofiándose y a consecuencia de ésta puede sufrir episodios isquémicos, aun con coronarias indemnes. Luego entrará a una etapa de dilatación (algunos autores sostienen que la estenosis aórtica pura sufre una hipertrofia concéntrica pero no se dilata) con disminución de la fracción de eyección y ulterior compromiso del anillo valvular mitral. Después la función ventricular se deteriorará más, se comprometerá la función diastólica, con la posibilidad permanente de que la fibrilación auricular agrave la situación hemodinámica.
La clínica de estos enfermos da cuenta de tres síntomas capitales: síncope, angor e insuficiencia cardíaca. El síncope puede surgir durante el ejercicio y se debería a la isquemia cerebral y coronaria a causa de un flujo aórtico insuficiente; puede tener equivalentes en los mareos, la inestabilidad y la sensación de desmayo. La angina, que es el síntoma más común, es inestable ya que se presenta después de interrumpir el ejercicio físico. La insuficiencia cardíaca izquierda se asocia con el gran esfuerzo del ventrículo izquierdo y su claudicación hemodinámica. Aunque no se puede generalizar, los pacientes suelen presentar pulso parvus e hipotensión arterial. Los pulsos carotídeos de estos pacientes no son visibles y son difíciles de palpar y se caracterizan por el retraso, la prolongación y melladura de su fase ascendente, recibiendo el nombre de pulso anacrótico o tardus (anadicrótico significa doble latido en el trazo ascendente). El latido apexiano, respondiendo a la hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo, es potente y prolongado pero se ubica dentro de la línea hemiclavicular izquierda. Se puede palpar un frémito en el segundo espacio intercostal aunque puede situarse más arriba o más abajo (manubrio esternal o punta).

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