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Gastroenterología

Colon: Progresion Tumoral

Es una de las patologías más frecuentes y graves, sobre todo en la senescencia. Por su incidencia sobre ambos sexos es el que causa más mortalidad de todos los tumores malignos. Como todo tipo de carcinoma su génesis es desconocida aunque en el último tiempo, alentados por algunos tipos de evidente progenie genética (poliposis familiar, síndrome de Gardner y cáncer de colon hereditario no ligado a la poliposis), se sostiene la presencia de alteraciones cromosómicas (genes supresores de tumores en los cromosomas 5, 17 y 18) junto con profundas modificaciones de la dieta del hombre en los últimos doscientos años: mayor consumo de grasas y de carne y menor ingesta de fibras vegetales. Estas últimas tendrían la propiedad de fijar los ácidos biliares, diversas sustancias carcinogenéticas y acelerar el tránsito intestinal evitando un contacto prolongado de las mismas. La presencia de factores inflamatorios crónicos, ligados a la etiopatogenia, podrían estar señalados por la frecuencia con que los pacientes con colitis ulcerosa padecen de la enfermedad (el grupo de mayor riesgo después de diez años de afección).

A excepción de los carcinomas de células escamosas, que aparecen en la unión anorrectal y son de alta malignidad, la mayor parte (95 %) de los tumores del colon son adenocarcinomas. A partir de su localización, generan metástasis por vías linfática o sanguínea, por contigüidad y pueden ocasionar siembra peritoneal, con ascitis rápidamente reproducible si se la drena. Pocos pacientes presentan más de una localización colónica (tumores sincrónicos).
El médico debe sospechar una patología de este tipo en todo paciente que cambie su ritmo evacuatorio y las características de las deposiciones (las heces finas o acintadas a menudo responden a importantes paquetes hemorroidales), presente anemia hipocrómica, hematoquecia o proctorragia franca y, en algunos casos de detección tardía. ascitis y fiebre. Desde ya que el diagnóstico precoz redunda en un mejor pronóstico y, en este caso, relevantes figuras de la gastroenterología aconsejan la búsqueda de sangre oculta en materia fecal en personas asintomáticas. Cuando el resultado es positivo se debe realizar el estudio colonoscópico.
Los métodos diagnósticos se han perfeccionado en el último tiempo y con frecuencia podremos optar directamente por la fibrocolonoscopia o la videocolonoscopia que permitirán visualizar el estado de la mucosa y, si la presencia de alguna formación vegetante lo autoriza, efectuar biopsias. Si existen dificultades para el paso del instrumento se podrá recurrir a la radiografía de colon por enema. Localizado el tumor, la tomografía computada deberá indicar el compromiso de otros órganos abdominales y pelvianos y la radiología la extensión al pulmón para aconsejar o no hacerlo, la conducta quirúrgica.

El antígeno carcinoembrionario (CEA) tiene utilidad en los enfermos que ya han sido intervenidos quirúrgicamente y que deben ser motivo de seguimiento. No tiene especificidad.
En consideración a la frecuencia del cáncer colónico (está incluido en cáncer rectal) se hace necesario hacer hincapie en el tratamiento preventivo habida cuenta de que la sobrevida a los 5 años del tumor extirpado es menor al 40%. La alimentación rica en fibras vegetales, la inclusión de crucíferas (repollo, coliflor, brócoli), con un porcentaje en grasas que no supere el 30 % del total, parecen ser de utilidad.

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